La finalidad de la estimulación orofacial no es sólo la consecución de un adecuado desarrollo lingüístico, sino también de unos hábitos de alimentación sanos y correctos, que permitan tanto al niño como a sus padres disfrutar de la comida, haciendo de ese momento en la mesa algo más que un mero acto alimenticio, un acto social entre padres – hijo,que puede vivirse de forma placentera y amorosa.