El tiempo que pasan los niños y adolescentes con los teléfonos, tabletas y computadoras pasó a ser un motivo de preocupación para los padres. Y en especial, en países del Lejano Oriente, donde las clínicas para el tratamiento de adicciones a Internet o las muertes por extensas partidas de videojuegos develan los problemas que las autoridades deben enfrentar.
En este punto, Taiwán acaba de anunciar una ley que penaliza con una multa de 1600 dólares a los padres cuyos hijos sufren daños físicos o psicológicos por el uso excesivo de la tecnología. La iniciativa es una modificación de la norma de protección y bienestar de niños y adolescentes, que prohíbe el consumo de drogas, alcohol o tabaco en los menores, y ahora alcanza al abuso de los dispositivos electrónicos.
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